La fachada de tonos neutros resalta la elegancia y serenidad del diseño. La madera, con su calidez y textura natural, agrega un toque de rusticidad y un ambiente acogedor. La piedra, por su parte, aporta solidez y resistencia, creando una conexión con la naturaleza y dotando a la casa de una apariencia sólida y duradera. El estilo minimalista se refleja en las líneas limpias y simples de la arquitectura, donde cada elemento ha sido cuidadosamente seleccionado para lograr una estética sofisticada y equilibrada. El diseño juega con las formas y las escalas, creando contrastes visuales interesantes y un aspecto único.